7:00 de la mañana. Vuelvo a mi cama, que me espera acogedora con las mantas abiertas y aun calientes.
La calle está vacía y el suelo mojado.
Tranquilidad.
El ruido de las ruedas deslizándose por el asfalto, los primeros rayos de sol, pájaros volando, Alicia Keys sonando, bajito, muy bajito.
Adoro conducir de madrugada...
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