Ayné


Aquí estoy, otra vez. Tarde de domingo. Aburrida en casa. Arreglando el mundo conmigo misma.

Odio los domingos. No hacen más que recordarme que mañana es lunes.
Sí, maldigo los domingos...

Me da que pensar...
Vivimos en un mundo de locos, donde hasta "los pájaros visitan al psiquiatra". Cada día estoy más convencida de que somos nosotros mismos (todos y cada uno de nosotros), los que nos auto-infringimos el dolor.

Fijaos: es domingo, día de fiesta, de hecho, único día de fiesta para muchos, y en lugar de disfrutarlo, me martirizo pensando que mañana llegará el maldito lunes. Mañana preferiré que sea domingo.

Buscamos nuestros problemas donde aparentemente no los hay (siempre hay excepciones, claro está). Y en el caso de haberlos, preferimos dejarnos hundir. Supongo que es la postura más cómoda. Nadar requiere mucho esfuerzo, y a mí, personalmente, nunca se me dio bien.

Y sigo pensando...
Las cosas cambian. De hecho cambian continuamente. ¿Por qué no adaptarse a ellas? ¿Por qué nos dejamos envenenar por la manzana roja? ¿Será que es irresistible? Tan brillante, tan roja, tan apetecible, taaan...

No. Para nada. No es ni brillante, ni apetecible, ni irresistible. ¿Desde cuándo el veneno es dulce? ¿Sobreviviré a la tentación? Estoy segura de que sí.

Porque se acabó. No pienso morder más manzanas envenenadas.

3 Responses
  1. aiguanachein Says:

    ¡Menuda actividad!

    ¡Si no entro en días luego me encuentro que hay mucho que leer!

    felicidades por el blog ;)


  2. Ayné Says:

    ¡Muchas graciaaaas!

    La verdad es que lo he cogido con ganas, a ver cuánto tiempo me dura la inspiración...


  3. aitzi Says:

    me encanta esta entrada, la verdd, no t falta razon...


Publicar un comentario