Ayné


No tengo mucho que decir. La foto habla por mí.

Al parecer últimamente veo el mundo con otros ojos, y es que no hacen más que venirme a la cabeza momentos en los que me he sentido feliz, tranquila, en paz...

Y ahí estoy yo.
No hace tantos meses.

El gorro de lana (precioso regalo de alguien que me quiere mucho), protege mis orejas del frío. Por sus agujeritos, entran pequeñas ráfagas de viento, que me hacen estremecer. El aire revuelve el poco pelo que se escapa por debajo de él.

Al fondo, una presa, con la superficie congelada, una balconada con nieve en la acera y una barandilla empapada que gotea.

Frío, mucho frío...

Mis vaqueros están mojados. Mis pies también. Un abrigo espera impaciente en el coche. Pero no me preocupa.
Mis ojos están demasiado ocupados.

1 Response
  1. Eneritz Says:

    Jo... qué bonito... Eso sí, me está entrando frio sólo de verte.

    Me alegro mucho.


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