Ayné


Sí señores, así es la vida. Una pasa de sentirse en un cuento de hadas a reencarnarse en Bridget Jones, en menos que canta un gallo.

Quizá mi problema es que en realidad nunca me sentí una Cenicienta.

De pequeña quería ser mayor y soñaba (como todos, supongo) en quién me convertiría cuando lo fuera. Pasé por todas las fases posibles, decía que quería ser médico, abogada… ¡quién me iba a decir a mí que acabaría siendo ingeniero!


Durante el bachillerato, mi obsesión era ir a la universidad. Cuando llegué a ella, en cambio, suplicaba que terminara la pesadilla de los apuntes interminables, la estadística, el análisis matemático, los proyectos casi imposibles... Soñaba con ser independiente, tener un trabajo que me diera un poquito más de autonomía y de tiempo libre. Ahora que lo tengo, quiero volver atrás.

A veces me gustaría volver a tener cinco años, y que pensar en quién “se la queda” al jugar a la cuerda sea el mayor de mis problemas. Otras veces, en cambio, me gustaría volver a tener 18. La época en la que yo era una Cenicienta sin saberlo.

Sí, creo que definitivamente, si pudiera viajar en el tiempo, me quedaría para siempre en mi cuento de hadas particular.

Pero no hay vuelta atrás. No, no y no. Aún no han inventado la máquina del tiempo (una lástima) y ya no soy Cinderella girl, soy Bridget Jones. “Perdida en mi habitación, sin saber qué hacer” con mis zapatos de tacón de aguja esparcidos por mi cuarto. Ese que antes era mi castillo encantado.



2 Responses
  1. Anónimo Says:

    Vaya, vaya... Parece que nos ha nacido una blogera en toda regla. ¡Vaya ritmo de publicaciones!

    Espero que sigas así, siempre es un placer leerte.


  2. Eneritz Says:

    Lo bueno de los personajes de Disney, es que en todas las tiendas de disfraces hay un traje de Cenicienta... Jugamos? ;-)


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