Ayné


Cuando los dedos de las manos y mis pies se entumecieron, cuando se convirtieron en garras. Cuando mi cara se deformó, cuando los nervios tiraban de las comisuras de la boca, convirtiéndome en un payaso de película de terror. Cuando mis rodillas se flexionaron sin yo quererlo. Cuando mi cuerpo se apoderó de mi mente. Cuando me olvidé de respirar. Cuando temblé, sudé y dejé de oír. Cuando repetí "dejadme en paz" entre jadeos. Cuando a ratos de lucidez supe que iba a estallar algo dentro de mí.


Cuando todo terminó tuve miedo y descubrí que para lo que algunos es crisis, para mí es locura.


Caí en la cama rendida, vi mi reflejo y no me reconocí. Y mientras, absorta, miraba al infinito sin mirar, Morfeo, una vez más, me meció entre sus brazos.





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