Salgo del trabajo y vuelve a ser de noche. Vuelve a oler a castañas por la calle, como el año pasado, y el anterior. Pero las cosas han cambiado.
El tiempo siempre pone a las personas en su lugar. Puede tardar, días, meses o incluso años, pero finalmente, todos tenemos nuestro merecido. Para bien o para mal. No sé de quién depende. No sé si es el destino, el universo, el hombre que vive en los cielos, o tal vez el karma. Quién sabe. Sólo sé, que sea quien fuere, hoy venga mi nombre.
La vida no siempre sonríe para los mismos, y hoy, me toca a mí.
Mañana, por ingenua, por estúpida, por arrogante, por regodearme en mi victoria transitoria... mañana, el destino me dará la espalda, el universo esconderá mi sol y el señor de los cielos me mandará derecha al infierno.
Pero hoy... hoy, me voy de copas con el karma a celebrar los zig-zags de la vida. A dar esquinazo a los demonios que me persiguen.
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