Ayné

La teoría de ella, la gran teoría de su vida, la que mantiene en vigor, es que la felicidad, la verdadera felicidad, es un estado mucho menos angélico y hasta bastante menos agradable de lo que uno tiende siempre a soñar. Ella dice que la gente acaba por lo general sintiéndose desgraciada, nada más que por haber creído que la felicidad era una permanente sensación indefinible de bienestar, de gozoso éxtasis, de festival perpetuo. No, dice ella, la felicidad es bastante menos (o quizá bastante más, pero de todos modos otra cosa) y es seguro que muchos de esos presuntos desgraciados son en realidad felices, pero no se dan cuenta, no lo admiten, porque ellos creen que están muy lejos del máximo bienestar. Es algo semejante a lo que pasa con los desilusionados de la Gruta Azul. La que ellos imaginaron es una gruta de hadas, no sabían bien cómo era, pero sí que era una gruta de hadas, en cambio llegan allí y se encuentran con que todo el milagro consiste en que uno mete las manos en el agua y se las ve levemente azules y luminosas.

[...]

"Y vos ¿cómo te sentís?", pregunté, "¿como si te vieras las manos levemente azules y luminosas?". La interrupción la trajo a la tierra, al momento especial que era este Hoy. Dijo: "Todavía no las introduje en el agua", pero en seguida se sonrojó.


1 Response
  1. Ayné Says:

    Por cierto, la Gruta Azul está en Capri. Os dejo el link de la wiki para que saciéis vuestra curiosidad. Salen unas fotos muy bonitas:

    http://es.wikipedia.org/wiki/Gruta_Azul


Publicar un comentario