Ayné

El sábado comenzó una nueva etapa de mi vida, esa en la que tus amigas empiezan a casarse y te hace darte cuenta de todas las cosas bonitas que te quedan aun por vivir.


La verdad es que ayer fue un día "post-bodorrio", tirando a depresivo... así que a pesar de que, lo pasé genial, la boda fue preciosa, la novia estaba increíble y se rebosaba alegría por todos los rincones del festejo, prefiero no hablar de ello.

Y es que me hace sentir realmente triste, mirar a mi alrededor y ver que muchos tienen un futuro bien definido y las cosas tan claras. Me alegro por ellos, como es normal, pero es mejor no pensarlo demasiado, por si las moscas... Y es que con bodas tan perfectas, una ya se imagina en el altar, y no es plan.

Así que he decidido titular este post "Recapitulando". ¿Recapitulando qué? Pues bien, como aparte de la boda no ha habido mucho movimiento en mi vida últimamente, y ya tocaba escribir algo, me he dado cuenta de que ya han pasado tres semanas desde mi muerte. Sí, mi muerte.

La verdad es que contra todo pronóstico se me ha dado bien ser fantasma y contactar con mis amigos más cercanos desde el más allá. Fijaos ¡hasta he asistido a una boda preciosa!

Resumiendo: que me siento tremendamente orgullosa de mi comportamiento inmune durante estas tres semanas, de esta armadura que me ha acompañado y que no quiero perder nunca, de mi pseudo-felicidad pasajera, de mis ganas de salir adelante, de mi fuerza para olvidar que la lista de los que ya no están es cada día mayor. Por mirar a mi lado y aprender a valorar a los que sí están, a los que no se han ido nunca.

Y es que resulta, que no hay mal que por bien no venga. Y a mí esto me ha servido para darme cuenta a mis 25 años (más vale tarde que nunca) de:


que sé soltar (aunque me cueste lo mío),
que aferrarme a un pasado que ya se ha ido no me sirve de nada
,
que tengo orgullo,
que mi paciencia, aunque muchas veces lo parezca, no es infinita,
que hay gotas que colman mi vaso,
que no necesito príncipes en mi vida que se conviertan en sapos,
que me cansé de nadar en tu charca para no ahogarme,
que tengo dos piernas para salir de todo lo que me has hecho,
caminando airosa, sin necesidad de arrastrarme por ti
,
luciendo cualquiera de mis preciosos zapatos,
esos que tú nunca alcanzarás
,
...

Y es que no te mereces ni que hoy me acuerde de ti.

1 Response
  1. Anónimo Says:

    Como te dijo una vez Allie: "ésa es la actitud".


Publicar un comentario