Ayné

Me cansé del blanco y el negro. De hecho, creo que empiezo a odiar esos dos colores y es que desde que trabajo y tengo que vestir de "pija remilgada" siento como si una parte de mi se hubiera apagado.


Así que ayer, ni corta ni perezosa, para ser consecuente conmigo misma, y la sonrisa que estos últimos días me acompaña a todas partes, decidí ir a comprar "ropa de trabajo". Pero esta vez, que me identificara (no esos trapos insulsos que me obligan a llevar).

Así que, por decirlo de alguna forma, estoy redefiniendo mi estilismo personal/profesional.

No os penséis que voy a saltarme las normas, ¡¡¡no no no no no no no no nooooooooooooo!!! Es sólo que me he pasado al mundo de los colores.

Y lo conseguí. Hoy he estrenado mi camisa petit-suisse. La llamo así porque es rosa (por supuesto), de rayas verticales, con un "toque mesonera" que me hace sentir como si tuviera 5 años. Me he puesto colorete en las mejillas, unos pendientes y un collar únicos en el mundo (porque los hice yo, más que nada). Y como no, colonia fresquita de verano.

Música animada en el móvil y... a la calle pisando fuerte.

Pues vaya tontería, sí, pero hoy, un chico me ha echado un piropo, y querido: ¡GRACIAS! no sabes lo tremendamente feliz que me has hecho. Hacía tanto tiempo...

Hoy, ¡bendigo a los obreros!

1 Response
  1. Eneritz Says:

    Cuanta razón tienes... yo desde aquí mando un cariñoso saludo a l gremio de los obreros, que en más de una ha conseguido animarme el día... gracias chicos!


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