Ayné


Cuando dentro de unos días me toque soplar las velas, ya sé qué deseo voy a pedir.


SER INDIFERENTE.


Siempre indiferente. No volver a sufrir por nada, ni por nadie. Está claro que es el modelo a seguir. A los que lo son, les va bien ¿no?. Se les ve tan felices... A ellos no les faltan los amigos, "amigos", conocidos, colegas, coleguillas, pegados, recién presentados, o lo que sean. No les falta una mano en el hombro que les diga "todo va a ir bien".


A mí ya me lo decían desde bien pequeña. En las notas de evaluación de la escuela todo iba bien, salvo por la nota que se repetía todos los trimestres, una y otra vez: "Se mueve en un círculo muy reducido de amistades". 


Manda huevos que desde tan pequeña se me viera el plumero.


Y sí, mis tutores tenían razón, siempre he tenido pocos amigos. Pero yo creía que eran más que suficientes, porque ellos me acompañarían hasta el fin del viaje. Ahora después de ver como tantos se han bajado de mi vagón y se han cambiado de tren, no me queda más remedio que tener amigos de alquiler. 


Amigos que me cobran 70€ por consulta, por sonreírme, por simular preocupación ante las tonterías que están cansados de oír repetir a mí y a todos los anteriores. 


Y mientras ellos piensan que sólo queda media hora para marcharse a su casa, y dejar al fin, en esa consulta todas las miserias escritas en un maldito cuaderno, yo intento guardar la compostura y no derramar ni una sola lágrima por quien ya no se la merece. 


Me arreglo la ropa, me plancho el pelo, y me maquillo para hacer un buen papel en la consulta. Y es que soy la viuda negra. Mujer convertida en actriz. Siempre acicalada, enfundada en mis mejores galas, con una sonrisa en la cara, y fingiendo que todo está bien, mientras que las pérdidas sufridas tiran mi mundo abajo, mientras duermo en una habitación que ya no puede protegerme, en un colchón quemado de lágrimas.







5 Responses
  1. Eneritz Says:

    Una amiga mia me dijo que la indiferencia es lo peor: vivir es sentir. Sería más fácil, pero no tendría emoción.

    Ya sabes como dice la canción: "prefiero desangrarme por amor a vivir sin cicatrices"

    ¿Qué cicatrices si no les vas a enseñar a tus nietos? ;-p


  2. aiguanachein Says:

    La gente que se baja del vagón puede ser aquella que nunca se debiera haber subido... al menos así queda descubierto.
    Muchas veces el tiempo pone las cosas en su sitio y te das cuenta de quién merece la pena y quién no.
    Te lo dice alguien que pasó por algo similar.
    Animos majetona ;)


  3. Anónimo Says:

    Uhmm...encontrar el punto medio de indiferencia y sensibilidad...he ahí el quid de la cuestión.,

    Creo q no debemos renunciar a nuestra capacidad a sentir, pero sí es cierto que por "supervivencia" deberíamos ser capaces no solo de relativizar si no, como dices, muchas veces llegar a la indiferencia. Así funciona la mayor parte de la gente, pero yo no quiero ser así, porque al final, tampoco sería feliz...


  4. Itzhak Says:

    No hay nada que pueda añadir a las sabias palabras de Allie y Aiguanachein. Sólo que aquí deja un comentario otra de las personas que sigue en tu vagón. Un beso.


  5. Ayné Says:

    Gracias chicos por vuestros comentarios. No temáis, dicen que si se cuenta el deseo no se cumple ¿no?

    Respirad tranquilos :D

    Allie: Sabes de sobra que ha sido un momento de esos tan nuestros de debilidad pasajera. Nada de indiferencia. Ya sabes que puedo intentarlo dos días, pero que al tercero acostumbro a arrastrarme.

    aiguanachein: Puede que tengas razón, pero aún así duele, y mucho. Porque aunque ellos/as ya no quieran estar ahí, tú los querías en tu vida, o los quieres aún, y por mucho que pongas de tu parte e intentes recuperarlos una vez tras otra, no lo consigues. Es frustrante.

    caminando despacio: en primer lugar, bienvenida. Gracias por tus consejos. En realidad estoy completamente de acuerdo contigo, y creo que caer en la indiferencia es un gran error (aunque evite mucho sufrimiento). Ayer fue un mal día y al sentir por enésima vez la indiferencia ajena este año, deseé por un momento poder hacer yo también la vista gorda. Pero eso es algo que siempre me supera. He aquí la chica de las mil cicatrices, incapaz de ser indiferente ;)

    Itzhak: Anda que no tienes mérito por seguir en el vagón... Thanks!


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