Ayné

Volvía en el metro y un hombre ha entrado en mi vagón. En ese momento, todo ha cambiado.

Junto a él iba alguien.

Ha sido una escena realmente tierna. Le llevaba de la mano. Era su guía, sus ojos.

Se ha sentado junto a él y ha permanecido inmóvil todo el camino.
Miraba con ojos tristes a su alrededor, lo que su compañero no podía ver. Velaba por él. Le protegía.

Formal, triste, observador, sabio, leal.

He tenido la sensación de estar viendo a la mejor persona del mundo.
Me he quedado mirándole todo el camino. No podía apartar la vista de él. Me he sentido hechizada.

Era tan real. Tan humano. Tan tierno.


Era sin duda el perro al que me abrazaría para llorar.


1 Response
  1. Eneritz Says:

    Que entrada mas original !!! Me ha encantado ! ;-)


Publicar un comentario