Ayné

Una tarde en el parque da para mucho.


La verdad es que nunca me había animado a hacerlo, pero hoy, vestida como una universitaria, he cogido mi bolso gigante, mis pintas hippie-zarrapastrosas y mi libro para ir a sentarme a leer plácidamente al parque donde tantas horas de mi infancia he pasado.

He metido un jersey por si refrescaba el tiempo, una botella de agua y un paraguas plegable. Después del bochorno insoportable de esta mañana, parecía que el viento y las nubarrones amenazaban con fastidiar mi plan. Así que, como mujer precavida vale por dos, he llenado mi bolso hasta parecer Mary Poppins.

Al de cinco minutos allí estaba, he escrutado con la mirada todas las alternativas posibles y he elegido el mejor banco del parque. A la sombra, bajo unos árboles, en una zona tranquila.

Como últimamente me pasa, me he enfrascado entre las páginas de mi libro, he disfrutado de cada una de sus frases, de la brisa que me daba en la cara, de las sombras que creaban las hojas del árbol sobre mis piernas, del silencio...

...hasta que:


[Música de terror, por favor]

Unos niños/adolescentes de los de hoy en día (creo que
no hace falta que dé más explicaciones con esto), se han acercado a un banco próximo. Eran cuatro. Dos chicas y dos chicos. Todos de diferentes edades. Diría que entre unos 10 y 14 años, y de origen peruano posiblemente.

Reían, chillaban y se metían los unos con los otros perturbando mi momento de paz. Hasta
ahí "bien". Creo recordar haberles mirado con odio durante unos segundos, pero finalmente he vuelto a concentrarme en mi libro.

Al de unos minutos, mi rabillo del ojo, muy suspicaz él, se ha percatado de que uno de los niños se acercaba a mi banco, amenazador:


- Mi voz interior: Tranquila no pasa nada, irá a la fuente.

El niño se sienta en mi banco.

- Mi voz interior: ¡Mierda! Quita el bolso y ponlo al otro lado.


Quito el bolso de su lado, y lo pongo a mi derecha, bien sujeto con el brazo.

- Niño de 12 años: mmhekjlh ghussshhta tu culo
- Mi voz interior: No puede ser ¿el moco de niño este, te ha dicho "me gusta tu culo"? No, no. Imposible. Además estás sentada. Ayné se te va la olla. Estará murmurando...
- Niño de 12 años: ME GUSTA TU CULO.

Le miro atónita, "ojiplática", sacudo la cabeza en un intento de despertar de esta horrible pesadilla y vuelvo a mi libro sin decir nada. Esperando, claro, a que el niño pille la indirecta y se marche.

- Niño de 12 años: ¿Te puedo tocar el culo? [con cara de salido]

Se me abren los ojos, casi se salen de sus órbitas, empiezo a ver nubladas las letras de mi precioso libro.
O_o'

Me sereno. Levanto la cabeza muy des-pa-cio. Le miro aséptica 100%.
Vuelvo a ver su mirada sucia.

- Yo: Márchate [con voz de chica mala del oeste]
- Niño de 12 años: Me gusta más este sitio. Está a la sombra.
- Mi voz interior: ¡Normal! eso te pasa por elegir el mejor banco del parque

El resto de su cuadrilla nos ven y se acercan. Por un momento quisiera que la tierra me tragara.

En ese momento la mayor de las niñas, me da una patada en el zapato.

- Niña mayor: ¡Qué sandalias más bonitas!
- Mi voz interior: ¡Mierda! te van a robar, la niña te va a quitar los zapatos, el niño salido el bolso y los otros dos seguro que te pegan y te tiran del pelo. ¡Corre, tía, corre! ¿Pero qué haces ahí parada? ¡Mueve tu cucu!

Inmovilizada. Cagada de miedo (para que nos vamos a engañar). Los niños hacen círculo sobre mí.
La otra niña con pinta de choni, lleva un bote de colonia lleno de agua y empieza a enchufar a sus amigos.

Corazón en la garganta.

- Choni: ¡Ay perdona! ¿te he mojado?
- Yo: No tranquila.
- Niño de 12 años: ¿Tienes hora?
- Choni: Quiere ligar contigo.
- Niño pequeño: xxxxxxxxxxxxx xxxxx xxxxx [es demasiado burro como para repetirlo]
- Mi voz interior: ¡Joder! también te quieren mangar el reloj...


Sujeto mi reloj con fuerza.

- Yo: Las 17:30

Las niñas se alejan. Se quedan los dos niños.

- Niño de 12 años: ¿Qué lees?

Sigo mirando el libro (aunque soy incapaz de leer ni una sola palabra). Hago que no le escucho. Lo único que pienso es en la posibilidad de que el libro que está entre mis manos cobre vida y me devore, o casi mejor, que le devore a él.

- Niño de 12 años: ¿Es la biblia?
- Mi voz interior: ¡Toma ya! No comments!
- Niño de 12 años: Dame tu número de teléfono.

Levanto la vista, ya no aséptica, con odio, mucho odio. El niño pequeño está apoyado en el respaldo del banco y se asoma sonriente. El de 12 me mira con lujuria.

Les aguanto la mirada un buen rato y sin decir nada, vuelvo a hacer que leo.

- Niño de 12 años: ¿No me dejas tocarte el culo?
- Mi voz interior: Vaya pedazo de post que te vas a currar hoy.
- Niño de 12 años: Pues nada guapa, adiós.

No digo nada.


- Niño de 12 años: Adiós, guapa.
- Mi voz interior: Que ya te ha oído, mocoso...

Los niños se van.

Respiro tranquila.
Mi corazón vuelve a su sitio habitual.

En quince minutos, vuelvo a poder disfrutar de mi paz interior, del libro, de las pisadas de la gente que hace footing, de las pezuñas de los perros contra el asfalto. De un parque normal, con gente normal.


2 Responses
  1. Eneritz Says:

    Si es que no se puede estar tan buena... :p


  2. aiguanachein Says:

    Eh.... te iba a decir... que no me lo creo... pero... ¡guau! increible. Aunque visto lo visto con los chavales de hoy en día... A mi lo peor que me han venido a hacer son niños de 3 años y mirarme con cara de "¿que hace este leyendo?" y luego la madre con el "no le molestes, anda"


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