Ayné


Tras votación popular aquí estoy de nuevo. Sin mucho que contar, o quizá con demasiados cambios en mi vida que me cuesta reconocer.


Tras prescripción médica y obligada a la "prejubilación por ansiedad" (es decir, baja sin periodicidad definida) aquí estoy comenzando mi vida de señora de 60 años, dándolo todo en la búsqueda de mi "yo", amenazado terriblemente por el "super yo"  que me estampa contra una pared, poniendo su espada en mi cuello y obligándome a ser la niña buena que todos quieren ver.


Reprimiendo mi vida, mi aire, mi Ayné.


Así que lamentándolo profundamente, no tengo mucho que contaros sobre estas dos semanas que han  transcurrido sin pena ni gloria en la vida de una joven anciana. Ahora me dedico literalmente a no pensar, mantener mi mente en blanco entre pastilla y pastilla, y aprender a respirar de nuevo, como una recién nacida a quién tienen que dar un azote en el culo para que empiece a respirar por sí misma. 


Me dedico diariamente a hacer yoga durante hora y media, escuchar pajaritos, poner posturas extrañas y pensar únicamente en el aire que entra y sale de mi cuerpo. 


He convertido, o al menos estoy intentando, transformar mis nervios en arte, creatividad, imaginación. Estoy construyendo una nueva caja de recuerdos, moldeando con arcilla una mujer de Cabaret y pintando los colores que llenan de luz y de vida un teatro.


Estoy buscando mi paz interior, mi yo, mi alegría perdida, mi vida, en el cuerpo de una jubilada.


¿La encontraré?





3 Responses
  1. Clem Says:

    Jubilada del trabajo... trabajadora de la vida ;-)


  2. aiguanachein Says:

    La idea de la creatividad es buena: libera, te sientes útil y se agradecen los ratos pasados durante la creación.
    Además, así siempre tienes algo chulo que enseñar a los amigos (¿pillas la indirecta :P?)
    ¡Animo majetona!


  3. cdespacio Says:

    Tu vida será tu obra de arte...así que...qué mejor destino de tu energía??

    Qué te ha pasado??


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