Ayné


Vuelve a ser 31 de diciembre, fecha para hacer balance. Para analizar la cuenta de pérdidas y ganancias de nuestra propia vida, para mirarnos al ombligo y analizar qué esperamos para nosotros y los nuestros del próximo año.


No voy a caer en la tentación de hacer un resumen del año, un zapping de los momentos culminantes de este 2009. Los que me conocéis, sabéis que estos no han sido precisamente doce meses estelares, al igual que tampoco lo fueron los del 2008.


Este es un post de reflexión. 


En él, quiero compartir uno de los momentos más bonitos del año con todos vosotros, momento por el que descubres que merece la pena vivir, que te hace ser consciente de que situaciones como la de ayer compensan todas las lágrimas derramadas durante este tiempo. Que la vida guarda su equilibrio, y que cuando te quita, también te da.


Ayer estuve contigo toda la mañana, hicimos carreras a gatas, te ayude a dar tus primeros pasitos, estuvimos jugando con tu muñeca Mandarina, vi como la abrazabas con dulzura mientras suspirabas "ayyyy", bailamos, explotamos burbujas, cantamos los "cinco lobitos"... 


Me dejaste sin aliento, pero llena de vida.


Cansada a más no poder, sentada a lo indio, te observaba desde la otra punta de la sala, cuidando que no te golpearas con nada. Me miraste y comenzaste a gatear hacia mí. Alocada como siempre, poniendo cara de velocidad llegaste a mí, y me agarraste de la pierna. Te pregunté desconcertada qué es lo que querías porque no tenía ningún juguete en la mano, ni pendientes, ni colgantes que quisieras arrancarme. Me sonreíste y con un esfuerzo tremendo, sacando tu lengüita hacia un lado, trepaste por mi cuerpo tirando de mi camiseta hasta ponerte de pie. 


Me miraste con tus enormes ojos, color chocolate. Te volví a preguntar qué es lo que querías, y entonces... tus manitas, tus pequeños bracitos rodearon mi cuello con fuerza, pusiste tu sonrosada mejilla contra la mía y suspiraste "ayyyyyyyyyy".


Es tu forma de darme las gracias por jugar contigo, es tu forma de decirme que me quieres tanto como a Mandarina.


Los Reyes Magos te trajeron al mundo, y tú, tu abrazo sincero, tus dientecitos blancos asomando tras una sonrisa inocente, tú, mi brujita, eres lo mejor que me ha dado este 2009.


Te quiero, mi niña.


P.D: Feliz año nuevo a todos
1 Response
  1. Anónimo Says:

    Igualmente para ti ^^!. Es muy bonito tu post, llega muy dentro. : )


Publicar un comentario