Mal día.
Mejor dicho, muy mal día. Casi que hubiera sido mejor quedarme en Oviedo.
- Los obreros del tejado del edificio, han tirado brea por el
patio y han estropeado el 50% de mi ropa de trabajo: faldas, camisas, pantalones... Siniestro total. Noticia que me da mi madre nada más atravesar el umbral de la puerta de mi "hogar, dulce hogar".
- Mi vida personal, sigue en pleno combate contra mí. Recibo tortas por doquier y sigo sin saber cómo encajarlas.
- Se me ha olvidado llorar. A pesar de la angustia, las lágrimas ya no quieren salir. Están en huelga. Claro, no me extraña, ellas también tienen derecho a estar tan cansadas como yo. Últimamente, meten demasiadas horas extras.
- Y encima, me ha salido un grano.
Día completo.
Por lo menos lo de que te hayan dejado inservible la ropa, es una excusa para irnos de compras... hay que mirarlo por el lado bueno, pretty... ;-p